Y que me cuido de un virus, que no se vaya a escabullir en los aires de mi existencia. Y durante mucho estuve observando a lo lejos… la noticia de una nueva variante que toma la siguiente letra de un abecedario griego tan ajeno y extraño como el locutor que lo anuncia.
Y pensar que hace un año y medio no había vacunas y gente en muchas partes del planeta aterrada por el virus, quemaba a los muertos en las calles porque ya las morgues habían colapsado.
No nos olvidemos de eso…
Y pensar que hay quienes que arriesgan su vida ayudando a aquellos que están infectados con ese virus. Con sus rostros marcados por las máscaras para protegerse del mal.
Y pensar que cuando pasamos por el colegio de médicos del país, habían empapelado la fachada con fotos con aquellos médicos que habían perdido sus vidas por enfrentar al maligno.
Y muchas enfermeras y muchos enfermeros… y muchos paramédicos, muchos auxiliares, muchos y muchos que estuvieron allí en el frente, en primera línea.
Y sin embargo hay quienes protestan por no querer cuidarse, por ser uno más en la fila del que hay que cuidar. Uno más en la lista de los egoístas que no piensa en que hay alguien que se tiene que arriesgar por su descuido.
Y es que al ver esas protestas contra las medidas del covid… hemos perdido todo sentido de la vida y es que nos hemos vuelto de barro.
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HOLA!