caían frente a mi casa pobre, eran de colores, de muchos colores y traían colgadas cajas y algunas veces colgaban objetos visibles, como mi triciclo azul de ruedas verdes y asiento rojo. Las cajas al abrirse despedían un humo blanco formando nubes que se elevaban al cielo azul. Estas cajas contenían hermosas piedras de colores, también traían muchos cuentos de dragones, de colinas y castillos; de príncipes buenos, malos duendes; algunas cajas eran grandes, muy grandes y cuando eran pequeñas, venían muchas atadas en un paracaídas. Hasta el día que llegaron esos chicos, unos buenos, otros menos buenos, y todos hablaban de la tienda de juguetes… cosa que no entendía, pues hasta hace poco, todo lo que amaba caía del cielo.

Un día al despertar le pregunté a mamá… ¿dónde está mi triciclo azul, de ruedas de colores y asiento rojo?  A tanta insistencia, al suspiro contestó… Cuando tenga dinero te compraré uno, hijo… de la tienda de juguetes.