Es ese niño que juega trayendo recuerdos y todos esos cachivaches que alguna vez los imaginó.
Es ese niño que corre con los pies descalzos siguiendo las nubes.
Mas de tiempo en tiempo lo castigas, y aunque te pregunta el porqué, no recibe tu respuesta.
Quiero jugar, aunque juego solo no me aburro, quiero que me entiendas que soy un niño y siempre quiero serlo.
Está corriendo siempre con ocurrencias nuevas, siempre haciendo ruidos en medio de tu silencio.
Ese niño con manos inquietas y sonriente a la fantasía de un mundo mejor, está ahora llorando, está atado en un rincón de la casa.
Suéltame que no hago daño, solo creo en un mundo mejor, no me castigues más así. No soy más que un niño.
A través del tiempo, de mucho tiempo, este niño sigue llorando, sigue sufriendo atado en esa esquina. Ya no puede correr detrás de las nubes, ya no hay fantasía, pero sus ganas de vivir están aún ahí.
Suéltame que no te hago daño, solo creo que tu mundo puede ser mejor, no me castigues más así. No soy más que ese niño.
Tu casa de juego está vacía, el lugar de los grandes sueños se secó.
Mas tú te miras en el espejo, te acomodas la corbata, el orgullo y tus muchos miedos. Y te convences que no hay ningún niño en ti.
HOLA!